BALADA DE SENTIMIENTOS ENCONADOS

BALADA DE LOS SENTIMIENTOS ENCONADOS

Mientras deambulaba entre reflexiones casi inconscientes, sin más, comprendí que lo que andaba pensando os lo tenía que transmitir…

 

SENTIMIENTOS ENCONADOS

Al errar por las lindes de mi mente
surgieron emociones en llamas,
lidiando entre ellas como niñas.

Movido por un afán de concordia,
que sin duda yo me reclamaba,
intenté con cuantos medios pude
aplacar la revolución de sus furores,
apelando a cuanto supe y pude,
hasta llegar al mismísimo cielo.

En esta situación, introspectiva y tonta,
escuché cuanto chillaban mis niñas
expresado a golpes de tira y afloja.

Mía fue la sorpresa al hacerlo,
puesto que de una simple escaramuza
me vi cavilando en temas recurrentes
que acepto y rechazo, según mi día;
cuestiones que me sitúan en la brecha
de lo que sé… sin que sepa quererlo.

Sí, mis sentimientos saltan como pájaros
o, quizás, se deslizan como culebras,
intentando zafarse de mi conciencia.

Y me descubro de nuevo a la espera,
con el propósito en mi empeño
de asir cualquier ave pasajera
que me lleve hasta las estrellas,
o de anclar con firmeza en la tierra
el serpenteo de esa conciencia.

Propósito vacilante y vigoroso,
que una y otra vez descubro y pierdo
amarrado al extremo de mis anhelos.

Esto no delata que me halle perdido,
pues siento que acompaña mi ruta
el trinar de los pájaros del ensueño
o el sinuoso siseo de las culebras,
que me hablan, constantemente,
de lo que dicen que somos todos.

Pero, en esta espera, me pregunto
el porqué aquellas emociones enconadas
 llenan el alma y turban el pensamiento.