MISIÓN IRRENUNCIABLE PARA EL QUE ESCRIBE

Misión irrenunciable para el que escribe

MISIÓN IRRENUNCIABLE PARA EL QUE ESCRIBE

 

A nivel de lo que se llama el posicionamiento de Google, el artículo que tenéis ante los ojos es demasiado corto, con títulos poco manifiestos, sin palabras clave interesantes, sin enlaces a otros lugares del Blog… Además, utilizo frases demasiado largas… Pero, lo siento, es el artículo que ahora quiero escribir y como quiero hacerlo…

Lo único que me importa es que vosotros me lo ‘posicionéis’ en vuestros corazones…

 

**********

La estuve buscando desesperadamente
y, después de encontrarla en una gesta,
en un libro, en una imagen, en un sueño…
después de hallarla en la propia calle,
volveré a buscar una y mil veces,
en el inmenso pensamiento propio
y en lo infinito del mundo ajeno;
sí, volveré a buscar con empeño…
hasta hallar mi nueva idea

 

Os añado un soneto, que trencé con estilo de lo más clásico.

 

LA QUIMERA

Era como el transcurso de una estrella
Que, invisible, mágico se nos antoja,
Como el vibrar de una sencilla hoja
Cuando un pájaro se posa sobre ella.

Era como tenue vaho que destella,
Exhalado de la boca en que se aloja,
De quien busca superar la congoja
De no hallar entre ideas la más bella.

Era oponerse, firme y remiso,
Al ultraje de sentirse un obtuso,
Aceptándolo inmutable y sumiso.

Era componer, obstinado incluso,
La sucinta balada que preciso
Para apresar la ilusión de lo iluso.

 

TOMA CON FIRMEZA EL CORCEL DE LA VIDA

Toma con firmeza el corcel de la vida

TOMA CON FIRMEZA EL CORCEL DE LA VIDA

 

Os dije que sería sincero (y estos lo repetiré más de una vez).
Ahora es uno de esos momentos en los que parece que lo que se dice no venga a cuento. Sí viene a cuento porque deseo que consideréis la importancia del tiempo que transcurre y lo hagáis a tiempo…

Por ello os espeto estas dos pseudopoesías, que han sido escritas en momentos muy diferentes, pero que ambas casan con mis intenciones, pues van a parar a lo mismo…

 

LA ESPERA

Con la espera pasa como con el tiempo.
Hay que ver lo voluble que es el tiempo,
cómo cambia de cadencia según la circunstancia.
Tiempo de meditar, tiempo de jugar, tiempo de alegría,
tiempo de laborar, tiempo de vivir, tiempo de amar y sufrir…
El tiempo es diverso… a pesar de su medida, porque
es el espíritu el que siente el tiempo y el que lo cuenta,
el que percibe el ritmo cambiante de nuestra lábil conciencia…

Esperar, como verbo, puede engañar los sentimientos,
pues su acción habla más de tiempo a consumir,
evocando, sin remisión, plazo, paro, inactividad.
Mejor sustantivar el verbo, pues evoca esperanza en la espera.

La esperanza se muestra más activa en nuestro interior,
puesto que, al vivir lo ansiado, no quita poder a la acción,
manteniéndola viva e impulsada en la convicción de ese deseo.
Y aunque haya ocasiones en las que la acción del alma
se halle, para mal, anclada en la ilusión de la esperanza,
siempre existen diferencias con la otra desesperante espera:
la de esperar un tren, esperar un trabajo, esperar un día de regocijo,
una decisión, un hijo, esperar un sueño, esperar un imposible…

 

OPORTUNIDAD

En el momento en que me digo, «Cuando pueda»,
ya derrocho el tiempo de mi anhelo en otra quimera,
porque el ritmo de la acción no es el de la espera
y la vida empuja sin cesar…, indiferente,
y cuando no encuentra respuesta, por lo que sea,
continúa marchando… e indiferente se queda.

Al sentirme cambiante e irrepetible,
solo recojo el fruto de mi inquieto pensamiento
cuando la obra sigue de inmediato a la idea,
pues si difícil es reconocerse al instante de saberse;
más arduo todavía es recordar qué se tenía
en la mente cuando nuestro corazón ardía.

Y el descompás marca el ritmo de mi camino,
que suena lánguidamente en el festejo
y va repicando gloria en el entierro.
Que tus ansias más soñadas no sean un tormento,
más bien toma con firmeza el corcel de la Vida
y cabalga hacia la meta al paso de tu aliento.

LOS ELEMENTOS DESATADOS

Los elementos desatados

LOS ELEMENTOS DESATADOS

 

La Poesía es un magnífico recurso para cuando necesitamos plasmar inquietudes. También, cuando necesitamos hablar con un amigo. Puesto que es cierto que poder expresarse con sentimiento poético es acercarse a un amigo del alma.

Precisamente esto es lo que me ocurrió al tener que capear una situación difícil. Me refiero a una de esas que joroban sin misericordia.
En aquellos momentos, no quise manifestar a nadie la situación en la que me encontraba. Para no inquietar a los demás.
La cuestión es que el resultado fue el poema libre que presento. Lo sentí en lo más profundo.

 

ELEMENTOS

 

 

Monte de angostas sendas
que conducen mis angustias,
reflejo de mi vital transcurso,
que ofreces al aliento la esperanza
de contemplar tu imponente rostro,
promesa de épica quimera a alcanzar.

 

Encrespado Mar de bravas vivencias,
rompe la rocosa costra de mi sentimiento,
deslízame sobre la espumosa cresta de tu masa
y sumérgeme en tu blando cuerpo, uniendo tu agua
al llanto incontenible de mi desesperado deseo,
y llévame donde aflore en mí la posible existencia.

 

Tremolante arrogante Viento,
torbellino poderoso, intangiblemente recio,
tómame entre tus brazos y sacúdeme en tu regazo,
arrástrame encabritado en lo profundo de tu hueco
y despeja las dudas de mi frente con el soplo de tu beso
hasta liberar nuestro abrazo en las nubes de mi sueño,

 

Devastador Fuego, amigo de lo yermo,
devorador de toda vida, temido, combatido,
lame mi conciencia con tus ardientes lenguas,
abrasa mi ser, sin clemencia, hasta su último brío,
purificando mi espíritu con tu justicia inexorable,
y haz que resurja de mis propias cenizas.

 

Indefinible indefinido Firmamento,
vapor profundo de mis atormentadas entrañas,
vivo reflejo del insaciable contenido de mi ente,
que rellenas mis fisuras, que completas ya mis ansias,
que colmas mis vacíos y contienes mi ser nuevo:
déjame, ¡ahora sí!, volar sin límite por la eternidad…

 

Sed felices

 

SENTIRES PROFUNDOS DEL ALMA

Imagen de un campanario

 

Sentires profundos del alma

Lo que me invade de vez en cuando son los sentires profundos del alma. Creo que es natural que así suceda y, sobre todo con el ambiente que, quieras o no, se organiza en estos días.

Y aprovechando esta situación, os brindo dos sinceros pensamientos.

 

¿QUÉ SERÁ EL TAÑER?

¿Qué será que tengan las palabras ‘tañer, tañía, tañendo’,
resonándo, húmedas, entre la lengua y el paladar,
emulando el sonido propio del bronce de las que emanan?
¿Será que tengan con que me quede en la boca
un dulce regusto a miel y sabor a aromoso romero,
impregnando mi lábil espíritu de inquietud y de ruego?

¿Qué será que tengan las palabras ‘tañer, tañía, tañendo’,
de originales grafismos, que retornan a la mente
tantas horas de esfuerzo, ansiedad y ensueño?
¿Será que tengan con el ritmo de sus sones, cálidos y limpios,
en dos o en tres golpes emitidos, breves, francos, decisivos,
escoltando el eco que provoca el vibrar de su concepto?

¿Qué será que tengan las palabras ‘tañer, tañía, tañendo’,
que evocan puntadas de retoque a vestidos ceremoniales
en el suspirado primer encuentro entre almas que se aman?
¿Será que tengan con el roce de manos alisando tálamos,
dispuestos entre la inocencia y el consciente deseo
de cuanto ya se ha vivido en el propio corazón?

¿Qué será que tengan las palabras tañer, tañía, tañendo,
con el suave vibrar de los cuerpo, entre besos y gemidos,
entornados los ojos repletos de imágenes alborotadas?
¿Será que tengan con suspiros, promesas y ‘te quieros’,
mientras las manos se entrelazan con el recuerdo
del olor a trigo segado que colma las noches de estío?

¿Qué será que tengan las palabras ‘tañer, tañía, tañendo’
que, entonando un cántico muy antiguo, casi viejo,
revivan tanto empeño entre la ofrenda y los sueños?
¿Será que tengan con el lánguido narrar del espíritu humano,
errando entre lo entrañable, lo bello, el amor y el anhelo
y canten un hecho, un pasado, un presente: tañer, tañía, tañendo?

 

 

EN LA NOCHE

En las noches más profundas
Las estrellas me guiñan sugerencias
Y recojo sus inviten con cierta prudencia
Pues siempre que te miran, no sé qué es lo que pasa
Pero, sin tú apenas quererlo, las estrellas te atenazan.

En esas noches, inmensas,
Las lejanas estrellas también te hablan;
Hablan de amores cercanos entre dos amantes almas,
Contándose dulces propósitos sumidas en la calma
Sin apenas darse cuenta de que existan otras almas.

¿Y en las noches ensoñadas?

¡¡Aaah!!, en las noches ensoñadas
Las estrellas, más que nunca, hablan;
hablan de ofrendas y de esperanza
Hablan de deseo, inquietud y pasmo;
Hablan, en fin, de lo propio del ser humano…

 

 Sed felices

AHORA HABLEMOS DE LA POESÍA

Ahora hablemos de la poesía

 

 

Sí, ahora hablemos de la poesía.

Calíope fue la primeras de las musa que narra la mitología griega. Significa ‘La de la bella voz’, y es la voz de todos los poetas…

<~ HABLEMOS DE LA POESÍA

 

Si el ser humano tuviese más conciencia de lo que realmente le conviene, con seguridad pensaría mas en filosofía y menos en economía. Porque el hombre es un ‘animal social’, pero no solo para hacinarse en ciertos lugares, llegar a ser lo más rico posible y prescindir los unos de los otros…

La poesía es una manera de ver y vivir la vida, la vida propia y la de los otros… La poesía no es ese estado alucinado de éxtasis embobado que algunos creen. La poesía es capaz de actuar como decapante vital, permitiendo aflorar los más nobles sentimientos de la persona. Puede hurgar en las entrañas de los hombres, para construir frases de agresión extrema. Frases capaces de mover los corazones anquilosados a fuerza de no pensar en sí mismos ni en los demás…

No creáis que hablo de algo extraordinario. Mirad lo que se dice sobre un escrito:

 

«UN LIBRO ABIERTO ES UN CEREBRO QUE HABLA;
CERRADO, UN AMIGO QUE ESPERA;
OLVIDADO, UN ALMA QUE PERDONA;
DESTRUIDO, UN CORAZÓN QUE LLORA».

(Proverbio hindú)

 

Pues esto, precisamente esto…, no es más que poesía vital.

Aunque hice alguna incursión en la técnica poética, en otros tiempos mis ‘gritos del alma’ no casaban con la métrica ni con la rima. El ritmo de mi corazón lo marcaba la propia vida, la cual tenía que afrontar por encima de mis necesidades espirituales más íntimas…

Parece un contrasentido, pero esos gritos son los que me permitieron hacer poesía (sin tener conciencia de ello) y sobrevivir a la estúpida situación de transitar a contrapelo de mí mismo…

Os digo esto porque, en ocasiones, los testimonios de los otros entroncan con nuestros perplejos sentimientos. Tomad lo que os digo como un testimonio que habla de lo primero que hay que evitar para vivir realmente. Me refiero a no apartarse de aquello que se haya descubierto que son nuestros más íntimos deseos…

Para adornar este artículo, creo que lo pertinente es presentar dos muestras de lo que digo. Una se sitúa en la época de aquellos gritos del alma; la otra, algo más tarde. Vosotros juzgaréis los sentimientos que las provocaron.

 

LAS HORAS

Paso los años temiendo malgastar el tiempo
y los años van pasando y el tiempo transcurre
como si se perdiese, dejando el alma pendida,
sofocada por el peso de las incontables horas
que pasan y pasan sin quedarse en mí, siendo.

No pretendo condenarlas para siempre,
confinadas en lo estrecho de mi ser,
pues lamento la pueril torpeza de no saber
cómo esculpir en ellas tanto ardiente deseo
y plasmar mi forma en su carne sin cesar.

¿Y en esas horas, qué intento de legado
podría ofrecer a la perpetua humanidad
más que un concepto vital, pujante, elaborado,
escalón humano del que otros puedan valerse
para ascender, ver y… crear?

Volver a pensar, volver a indagar,
volver a rogar, volver a caminar,
volver a escribir, volver a dar, volver a vivir,
con el deseo de asomarse al interior del hombre
para continuar legando quién sabe qué ni cuándo…

 

 

 

¿POR QUÉ?

Si remonté elevados montes
como ave salvaje llevada por el viento
sintiendo el vigor del sol golpear mis alas
y la mansa brisa acariciar mi vientre,
¿por qué no me quedé ahí?

Si la lluvia mojó mis sienes,
el trueno selló mis oídos,
el rayo deslumbró mi mente
y un tornado arrastró mis pesares,
¿por qué no me quedé ahí?

Cuando el mar reflejaba mi vuelo en salino espejo
y los prados, mullidos de flores, acogían mi ser
entre los pájaros, la hierba y la paz del silencio,
¿por qué las nubes ocultaron la vida de mi sueño?
¡¿Por qué,… por qué tuve que despertar?!

 

Tomad estas manifestaciones como parte de lo que os dije que intentaría: ser sincero con vosotros