Poema en busca de destino

        POEMA EN BUSCA DE DESTINO

 

 

El día anterior decidí que no haría planes: la fiesta es para festearla, pensé…
Cuando el quejido del despertador lo llenó todo, me di cuenta de que había olvidado prescindir de los planes, tal como era mi propósito… No importaba…

La ligera cubierta se arrugó sobre la cama impulsada por los lánguidos empujones de mis pies. La ducha. Ropa limpia…
La locomotora del café exhaló, entre nubes, su último suspiro…
Tostada con mantequilla, fina capa de mermelada de melocotón entre mis erráticos pensamientos. El café acertó mi gusto…

Salí al camino sin tener muy claro hacia dónde ir…
La mañana me acogió con un golpe de viento que casi me arroja por los suelos.
Esto no significaba que el día fuese malo, muy al contrario. Lo diáfano del ambiente casi hacía daño, daño por lo intenso, por lo desusado, incluso por lo irreal…

Asido a la indecisión del hacia dónde, paseé sin prisa, sin tener en cuenta la existencia de la brújula que nos empuja a todos, como ese viento que gritaba su presencia. Y lo hice sin temer perder el tiempo porque era yo el que lo tenía muy en cuenta, más en cuenta que el propio tiempo se tiene a sí mismo.

 

Sintiéndome algo disperso, acompañado por la dureza del aire, me adentré en el espacio de un parque que reclamó mi atención. Allí, percibí lo que bullía en el ambiente, un ambiente atiborrado de promesas…, en el que todo proclamaba decisiones de libertad. Un columpio reclamando su espacio, árboles danzando, el impertinente azul de un cielo pleno de ilusiones de niños, un niño prometiendo lo imposible, él quería , pero era un imposible que el agua de la fuente no mojase por más que él prometiera. Unos perros ladraban en algún incierto lugar, donde no podían llegar los pensamientos sin algún cansancio… La gente, los coches, el ruido, movimientos impredecibles, indiferencia…, vacío.

Y allí, asediado de sentimientos, quise lanzar un poema. Desee un poema que lo llenase todo: a la gente, a los que me aman, a los que amo, la Humanidad, el Mundo, el Cosmos…

Pero ¿es eso posible?, ¿es en realidad posible? Creo que deseé que ese poema fuese amplio como la creación, intenso como el Sol, húmedo como el mar salino, tenue como el aire que respiro, cálido a fuerza de respirarlo.

Preferí que ese breve poema llegase a ti, sencillamente, a ti, necesitado de la más elemental compañía. A ti, hambriento de palabras de ánimo y consuelo, sediento de comprensión, nacido para vivir muriendo en la ignorancia de los hombres que tienen miedo al compromiso de pensar…

Al fin…, aturdido, asediado por la inicial intención de no planear, decidí convertir el propio deseo en poema… esperando que hallase su destino…