
Se trata de un simple deseo breve.
La poesía siempre es una explosión del alma, que necesita expresar la intensa inquietud del pensamiento ante cualquier situación que se le presenta al ser humano.
No tiene por qué ser breve, por supuesto. Pero ocurre que en multitud de ocasiones la necesidad del espíritu se impone de manera apremiante, originando una auténtica descarga del pensamiento.
Es en estas ocasiones cuando la manifestación de la poesía se encoge en tamaño para condensar su contenido en unas breves frases, cuanto más mejor, que hacen posible abarcar en toda su extensión los deseos que contiene el corazón humano…
La poesía convierte una extensa teoría en la breve fórmula que es capaz de explicar la percepción de la vida que llena los sentidos mediante el picoteo de las exactas palabras que se necesitan, tomadas de la inmensidad conceptual, que son capaces de plasmar nuestro más propio pensamiento, exclusivo e irrepetible.
El placer de buscar esas palabras hasta hallarlas prendidas a nuestro ser, colocarlas resueltamente en el mejor lugar para manifestar la expansión del espíritu, sentir cómo vuelas por el infinito de los conceptos hasta quien quiera encontrarles el sentido que se ha pretendido, es una singular experiencia.
Esta experiencia incita a pronunciar esa explosión de palabras de manera irrenunciable, aunque el llanto quiebre el alma…
SÍ, SE TRATA DE UN SIMPLE DESEO… BREVE
Suave brisa
mueve el alma,
el aire tenue
roza tu cara.
Iza la Vista,
mira muy lejos;
alza tu Rostro,
abre los brazos.
Dime pronto
cuál es tu anhelo
y dame parte
de tu ensueño.
Quiero ser
capaz de volar,
pues todo ello
sabe a calma.
Queja sana
es el quejar,
cuando el quejar
es por soñar.
Tanto si breve
como si luengo
cuanto hay que decir
que sea dicho.
Y sea dicho
con libertad,
aunque el llanto
quiebre el alma