TODOS NECESITAMOS ALGÚN DIOS – 2
El círculo de la energía
Os decía que el gusanillo que nos acompaña se nos hace molesto a causa de las sociedades en que vivimos…
Y aquí asoma el asunto. ¿Qué es y para qué sirve el amoroso y, a veces, molesto compañero de viaje mientras vamos trazando nuestro camino?
Hasta lo más nimio es materia enlazada por energía; energía indiferente a lo que enlaza e indiferente al camino. Todo es energía…
Y en el ser humano, creo que ese gusanillo es la energía que guía nuestros pasos hacia una eternidad. Los guía hacia una existencia por encima de la materia. Una existencia de energía total y primigenia que cierra el círculo de la existencia del universo…
Cada objeto que desaparece, por descomunal que sea, deja su residuo energético. Esta energía va quedando reservada para ir recomponiendo la que se obtuvo al inicio de los tiempos cósmicos. Si ese objeto es un humano, una parte de la energía es el gusanillo de la conciencia. Esta es la parte indestructible de nuestro ser, que nos acompaña, íntegra, en nuestro periplo de humanos…
Esta energía indestructible es nuestra esencia, es nuestra alma que regresa a engrosar las filas de la humanidad que se va extinguiendo. Pero la energía no se destruye… También es cierto que esa energía tampoco se ve ni se comprende totalmente si no fuese por sus efectos…
Lo global es lo que importa.
Esta multitud de energías forman una auténtica comunidad energética de almas –las cuales tenían una misión superior, ininteligible y dramática–. Una misión que continúan teniendo en su nueva dimensión energética: constituir la familia más pura del residuo de la comunidad humana…
Siempre se justifica los males del universo –esto es, los males de los humanos– cuando nos quejamos de que un Dios nos da la espalda porque estos males ocurren. Y los justificamos y nos los tragamos por lo que entendemos como ‘el libre albedrío’: si los dioses interviniesen enmendando nuestras acciones, el humano no sería ni libre ni nada parecido y, por ello, las ‘culpas’ siempre recaerían en los dioses. ¡Mira qué fácil! Pero lo que ocurre -a mi entender- es que ese Creador nos otorgó el regalo de la auténtica libertad, pero añadió ese gusanillo que nos asiste en el camino que tenemos que construir, nos guste o no nos guste…
En el próximo escrito termino esta parrafada.
Gracias por vuestra paciencia…