
TOMA CON FIRMEZA EL CORCEL DE LA VIDA
Os dije que sería sincero (y estos lo repetiré más de una vez).
Ahora es uno de esos momentos en los que parece que lo que se dice no venga a cuento. Sí viene a cuento porque deseo que consideréis la importancia del tiempo que transcurre y lo hagáis a tiempo…
Por ello os espeto estas dos pseudopoesías, que han sido escritas en momentos muy diferentes, pero que ambas casan con mis intenciones, pues van a parar a lo mismo…
LA ESPERA
Con la espera pasa como con el tiempo.
Hay que ver lo voluble que es el tiempo,
cómo cambia de cadencia según la circunstancia.
Tiempo de meditar, tiempo de jugar, tiempo de alegría,
tiempo de laborar, tiempo de vivir, tiempo de amar y sufrir…
El tiempo es diverso… a pesar de su medida, porque
es el espíritu el que siente el tiempo y el que lo cuenta,
el que percibe el ritmo cambiante de nuestra lábil conciencia…
Esperar, como verbo, puede engañar los sentimientos,
pues su acción habla más de tiempo a consumir,
evocando, sin remisión, plazo, paro, inactividad.
Mejor sustantivar el verbo, pues evoca esperanza en la espera.
La esperanza se muestra más activa en nuestro interior,
puesto que, al vivir lo ansiado, no quita poder a la acción,
manteniéndola viva e impulsada en la convicción de ese deseo.
Y aunque haya ocasiones en las que la acción del alma
se halle, para mal, anclada en la ilusión de la esperanza,
siempre existen diferencias con la otra desesperante espera:
la de esperar un tren, esperar un trabajo, esperar un día de regocijo,
una decisión, un hijo, esperar un sueño, esperar un imposible…
OPORTUNIDAD
En el momento en que me digo, «Cuando pueda»,
ya derrocho el tiempo de mi anhelo en otra quimera,
porque el ritmo de la acción no es el de la espera
y la vida empuja sin cesar…, indiferente,
y cuando no encuentra respuesta, por lo que sea,
continúa marchando… e indiferente se queda.
Al sentirme cambiante e irrepetible,
solo recojo el fruto de mi inquieto pensamiento
cuando la obra sigue de inmediato a la idea,
pues si difícil es reconocerse al instante de saberse;
más arduo todavía es recordar qué se tenía
en la mente cuando nuestro corazón ardía.
Y el descompás marca el ritmo de mi camino,
que suena lánguidamente en el festejo
y va repicando gloria en el entierro.
Que tus ansias más soñadas no sean un tormento,
más bien toma con firmeza el corcel de la Vida
y cabalga hacia la meta al paso de tu aliento.
…»que tus ansias más soñadas no sean un tormento,
más bien toma con firmeza el corcel de la Vida
y cabalga hacia la meta al paso de tu aliento»…
Altament poètic, ple de bellesa i bon desig….
gràcies, així és també per a mí…
Em dius una cosa molt bonica i molt intensa, Laura. Vaig pensar que només que a una persona pogués resonar-li el que dic, l’esforç hauria valgut la pena. O sigui, que ha valgut la pena …
Gràcies, Laura